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Fly me to the moon


En 1919 se sirvió por primera vez una comida en un vuelo. Se hizo en uno entre París y Londres -que en ese entonces duraba dos horas y media, el doble que ahora- y fue por necesidad. No, no era que la gente moría famélica sino que en ese momento existía una gran competencia con otros medios de transporte. Los trenes y barcos eran esos malos conocidos y la confianza en el avión aún estaba por ganarse.


Desde ese bocadillo y refresco inicial, pasó de todo. Durante la década del 20 se sirvieron solo comidas frías y ya en el '30 se incorporaron las calientes. Se crearon salones comedores y las azafatas se vestían especialmente para servir la comida.

También los vuelos eran mucho más largos. Por ejemplo, para ir de Londres a Sydney tardabas DOCE días, cambiabas 4 veces de avión y un tramo se hacía en tren. Igual, comparado a los 44 días que se demoraba el barco, 12 días no era nada.

En la década del 40 hizo su aparición la comida congelada y eso generó un cambio radical en muchos aspectos, incluyendo en la comida de avión porque permitía ofrecer más variedad y tener menos desperdicios.

El espumante se sirvió por primera vez en 1.952 y Lufthansa servía en esa década cerveza directamente de barriles.

Desde 1.980, cuando se desregularizó el sistema aerocomercial, la comida sufrió grandes cambios. Así y todo, Air France, Austrian Airlines, Japan Airlines y Emirates mantienen la calidad de los años dorados de la gastronomía de aviación. Y como no viajé en ninguna de éstas, sí puedo decirte desde mi humilde y famélica experiencia que Delta es un flash en todo sentido y que Air Canada y LATAM son malas -ni siquiera es la comida, sino en el servicio.

Igual, no todo es responsabilidad de la calidad. Tené en cuenta que en el aire, la comida pierde el 30% del sabor y la presión atmosférica hace que los percibamos distinto. Lo dulce y salado cambia mucho pero lo especiado, amargo y agrio se mantiene igual. Y es por eso que mucha gente, sin saberlo, toma jugo de tomate en un avión pero jamás en tierra.

Y si sos de los que aborrecen el café y té de los aviones, no es culpa de la azafata. Al volar el agua hierve a 89 grados y no a 100 como lo necesitan la mayoría de las infusiones.


Curiosidad: ¿sabías que piloto y copiloto no pueden comer el mismo plato? Uno come pasta y el otro pollo, por si alguna de las preparaciones está contaminada. 

Tip: tratá de no consumir alcohol. Sí, soy Sol de Wine Tour Urbano pero cuando volás, siempre es recomendable mantener mucha hidratación en el cuerpo y el alcohol deshidrata. Y si sos cabezadura y querés tomar alcohol, si es un vino afrutado vas a disfrutarlo más.

Tipo de menúes disponibles: siempre acordate de pedirlo y que queda asentado con antelación al viaje -si es cuando sacás el pasaje mejor.

Tené en cuenta que todos los menúes especiales son los primeros en servirse.

Los más usuales son: vegetariano, sin gluten, para niños y kosher, que dicen muchos que es el que tiene mejor calidad.

Si querés saber más, podés visitar In flight Feed que tiene un montón de info.

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