Tengo una frase que es “soñale arriba”. Por ejemplo, no digas quisiera vivir frente al mar porque el universo te puede mandar a vivir a Alaska, que para mí sería un castigo. Entonces al “me gustaría vivir frente al mar” soñale arriba y agregale todos los detalles que puedas: me gustaría vivir frente al mar, en un lugar cálido y calmo, con agua templada, arena fría, vecinos cordiales y alejados, desayunando todas las mañanas con vista al mar, en patas, vestido y con el sonido de una guitarra. Bueno, eso es la torta, un gran “soñale arriba” encadenado a través de toda la humanidad.

Resulta que en la Mesopotamia -no la argentina, sino la que hoy es parte de Irak, Turquía y Siria- no comenzó solo la escritura 3.500 años antes de Cristo sino que también el gustito por lo dulce. En inglés le dice having a sweet tooth. Hace más de 7000 años ya preparaban panes redondos de miel y espolvoreados con ajonjoli.
¿Sabías que el ajonjoli es sésamo? Yo no -o sí pero me olvido siempre- así que lo dejo acá guardado a ver si me acuerdo la próxima.
Si los griegos crearan olimpíadas gastronómicas también ganarían en varios rubros porque los primeros pasteles fueron de ellos y estaban hechos con aceite, queso y harina. Un ratito después, en el Imperio Romano que tanto gustaban de rotular y nominar, diferenciaron por primera vez al panadero del pastelero y se creó por primera vez el oficio de pastillariorum. Y esos pasteleros tenían como rol principal hacer pasteles planos hechos de harina y nueces, fermentados con levadura y endulzados con miel que se ofrecían en casamientos y cumpleaños.
Muchos siglos después, la llegada de los árabes a España trajo consigo los árboles de cítricos como limón y naranja, las almendras y así los nuevos sabores fueron copando terreno. Y también la mejor revolución que hubo tuvo lugar en la Península ibérica: con el descubrimiento de América se incorporó el chocolate y el azúcar, eso sumado a la miel árabe daba distintas combinaciones para los paladares golosos.
Y medio mezclando los tiempos porque los árabes llegaron a España en el SVIII y América no se descubrió hasta fines SXV, en algún momento de entre esas fechas en Alemania ya se vendían tortas con distintos pisos saborizados para cumpleaños y bodas. Y fue en el SXVII que las tortas adquirieron su “aspecto actual” con mucha deco, glaseado y capas. Además fue cuando se popularizó en todas las clases sociales.
Mientras los británicos en el SXVIII revolucionaban la industria, los franceses, ¿cuándo no los franceses?, crearon el hermoso hojaldre y así se instauró la pastelería moderna. Y fue Antoine de Carem el encargado de escribir el primer libro de pastelería y el creador indiscutido del merengue.

Primera torta de cumpleaños pintada en la historia: SXIX, el alemán Pancraz Körle
Y porque a todo hay que seguir soñándole arriba, en el SXX se creó la canción de feliz cumpleaños y aparecieron las velitas y el concepto detrás de cortar la torta y ofrecerla a todos es intercambiar alegría y generar un sentido de unión.
Datos curiosos:

En Perú primero se canta el Happy birthday y después se canta alguna canción en español como “Las mañanitas”.
En Ecuador quien cumple años tomará. Un gran bocado de la torta antes de servirla a los invitados.
En Inglaterra, Estados Unidos y Australia a veces agregan una vela extra a la que se cumple para desear suerte.
En mi familia extendida -es decir colonizamos a tios, primos, primos segundos y etcéteras varios- tenemos una canción especial que viene de mi colegio primario: “Este día nació, una nena muy liiiinda que se llama Solcito, qué los cumplas feliz”.
¿Vos tenés alguna canción o rito familiar?
Tortas, pasteles, tartas… Allí donde fueres:

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